La minimización de los errores de medicación pasa por el despliegue de múltiples prácticas, entre estas, la implicación del paciente en la toma de decisiones, incentivando la autogestión de su medicación, proporcionando información clara sobre su tratamiento, garantizando una comunicación abierta e involucrándole en la detección y notificación de incidentes. En esta monografía, se comparten experiencias lideradas por farmacéuticos de hospital que han salvado con éxito algunas de las barreras que dificultan el compromiso de los pacientes y cuidadores con el objetivo de mejorar la seguridad del proceso farmacoterapéutico.