Los pacientes crónicos complejos presentan una elevada iatrogenia asociada al uso de los medicamentos, en parte debido a su propia situación clínica que les hace ser más susceptibles a los fármacos, pero sobre todo debido a la polifarmacia. Esto hace que sean los pacientes con mayor número de efectos adversos por medicamentos, con más visitas a los centros sanitarios y que, por tanto, generan un mayor coste sanitario, presentando una disminución en su calidad de vida. Por esta razón, las sociedades científicas y las organizaciones sanitarias han publicado recomendaciones para el abordaje de estos pacientes, todas ellas con un enfoque multifactorial y una atención centrada en la persona.